- 24 de noviembre de 2021
- Posted by: Arte Laurita
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La participación en éste concurso fue mi primera experiencia en España y estaba muy nerviosa ése día, me sudaban las manos, no sabía cómo empezar; no tenía claro la calle qué podría pintar hasta que vi una plaza llamada, el Maestro Francisco Llopis y me gustó porque me recordó a mi madre, quien también fue maestra. Al poco tiempo me invadió esa sensación de competencia y entusiasmo qué transmitían todos los compañeros pintores qué estaban repartidos por todas partes haciendo lo mismo.
Cuando por fin comencé a pintar, en cada pincelada que manchaba el lienzo estaba impregnada de mis miedos e inseguridades, sentía como si estaba en otra dimensión, como si flotara y a la vez, todo se tornará borroso y gris por la exploración de tantas emociones a la vez, me sentía hecha polvo, pero no quise faltar al compromiso de asistir y allí me encontraba con el desafío de terminar la pintura.
Recuerdo algo maravilloso que me dio ánimo esa tarde y fue un anciano qué se dirigía a misa, caminando despacito por la cuesta de la calle y se paró unos minutos y me miró mientras pintaba y me dijo:
_ No pueden ser personas malas y pintar estas cosas tan bonitas…
Le sonreí y seguí pintando sin la mínima esperanza de terminar a tiempo, pero continúe hasta el último momento para entregar al jurado y esperar los resultados.
No gané, ni estuve cerca de hacerlo, pero disfruté viendo cada sonrisa de los niños que ganaron en la categoría infantil.